Eli y su ruta feliz

Definitivamente el reto de hacer presentes creativos, conforme se acumulan experiencias y momentos inolvidables, va aumentando su dificultad a la hora de sorprender. Nos pone a prueba la creatividad y la capacidad de tocar los corazones, y más cuando la persona regalada es una integrante del equipo, que no sólo ha acompañado la elaboración de todos, sino también que los ha captado con la cámara a través de su mirada sensible y los ha plasmado con amor y delicadeza editando vídeos que inmortalizan momentos que parecen imposibles de revivir.

el collage de la ruta feliz de Eli

Elisabet conocía y conoce, por tanto, de primera mano todos los entresijos, pero al mismo tiempo también es muy querida por toda la gran cantidad de familia y amistades esparcidas por ambos lados del océano, y ésa es una ventaja nada desdeñable para inventar nuevas posibilidades que pudieran hacer de su cumpleaños una jornada para el recuerdo. Y la verdad es que lo conseguimos, como todo cuando se hace con dedicación y cariño: el corazón de Eli no paró de sonreír y de emocionarse por todo lo que fue sucediendo.

mirando el vídeo-regalo

Así que para evitar nervios y especulaciones por lo que podría o no suceder, decidimos que su presente duraría todo el día completo y cuando decimos completo quiere decir desde primera hora de la mañana, nada más abrir los ojos vino su primera sorpresa, ¿perfecto para amanecer, verdad?: un montaje audiovisual de más de una hora con más de 50 felicitaciones bien emotivas de su gente querida.

Después de este inicio con tantas emociones, nada mejor que un buen café para digerirlas. Así la invitaba la 1ª de las seis pistas que iría descubriendo que la llevaron a recorrer distintos espacios de San Cristóbal: el TierrAdentro para desayunar con amigos y conversar vía videoconferencia con familiares (con los meseros trayéndole regalos y pasteles), una tienda de artesanías donde le regalaron una falda, el centro cultural El Carmen donde le regalaron clases de guitarra, la librería La Pared donde encontró unas guías para un próximo viaje y comer en el Cocoliche donde un grupo de son jarocho le regaló una canción.

Y para terminar, siguiendo la última pista de su ruta feliz en un día radiante de sol y sensaciones, el regreso a casa. Eran las 6 de la tarde y había encadenado ya 9 horas de regalos, encuentros y sorpresas. Parecía que ya había terminado todo, que ya no podía suceder nada más… Lo parecía. Todavía quedaba bastante por vivir. Porque al llegar a casa, le vendamos los ojos, le hicimos un pequeño masaje sensorial para que se relajara: disfrutando de caricias, perfumes, sabores,  palabras, músicas y danzas.masaje sensorial

Una vez terminado, desprovista del paliacate, encontró la casa llena de amig@s y de fotografías por todos lados. Su faceta audiovisual seguía acompañándola como hilo conductor de su viaje, en este caso para que ella descubriera en una sopa de letras dieciséis palabras que tenían que ver con ella. Las fotos, tendidas con hilos, le servían de pista.

Pero tampoco terminaba ahí su ruta… Como buena comunicóloga, a Elisabet le encanta escuchar y contar historias, lo hace muy bien. Sin embargo en este día señalado, al igual que ocurría con el cambio de papel de pasar a ser el foco de las fotografías, también sería ahora la receptora de cuentos, que por cierto tenían como elementos aspectos significativos de ella. Cada quien le contó el suyo, en vivo o en vídeo previamente grabado. Todos bien emotivos, interesantes y originales. Culminando todo ello con un cuento co-creado improvisado que tenía el agradecer a Eli como argumento.

Y, ahora sí, para terminar sus más de 12 horas intensas de presente creativo. Nada mejor que un programa de radio, tipo magazine, uno de los formatos preferidos de Eli para repasar a través de canciones, entrevistas, reportajes, comerciales, debates, etc., distintos momentos de su vida.

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Todo un reto también para ella, poder abrazar toda la intensidad emocional, todo el cariño regado que no dejaba de lloverle durante todo el día. Mucho amor, mucho afecto, mucha ternura. La misma que regalas con cada mirada, con cada palabra. Esas semillas únicas que siembras con tu luz en el fondo de nuestros corazones.

Gracias Eli, deseamos que esta experiencia te siga acompañando para seguir recibiendo todo ese amor que nos regalas. De momento para que quede en tu recuerdo y en el de los demás, puedes disfrutar del vídeo.
Tu ruta no terminó el día de tu cumpleaños, puede empezar cada día cuando amaneces.

feliz cumpleaños!

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