Despedirse del lugar donde has vivido 9 meses, donde te han querido y te han abrazado, donde te han cuidado y has podido desarrollar inquietudes y facetas, del lugar donde has enraizado… es un cometido bien difícil.
Éste ha sido el reto que la mamá de Ester (Mariló), desde Barcelona, nos propuso al contratar el presente creativo para su hija, para que pudiera despedirse de San Cristóbal de las Casas y de su familia ‘de corazón’, antes de emprender una nueva aventura en Canadá.
El desafío fue máximo, al tener que buscar la complicidad de su familia y amistades de Barcelona, de sus amig@s en México, y diseñar una propuesta donde las emociones y la alegría tuvieran lugar a partes iguales. El resultado fue enmarcar el presente creativo en un viaje que empezó dos días antes de la celebración, con la llegada sorpresa del papá de Ester y su mujer, que no quisieron perderse un momento tan especial para su hija.
Dos días más tarde, empezaba la celebración: un largo trayecto por las geografías humanas descubiertas, por sabores y comidas familiares, por instantes y personas representativos plasmados en un mural colectivo, por maletas cargadas de cartas, postales y fotografías de personas alejadas físicamente llenas de cariño. Un viaje al pasado desde el presente, donde lxs participantes de la celebración llenaron la maleta de Ester de buenos deseos a través de los objetos simbólicos que le regalaron. Y con la maleta cargada de ilusiones Ester emprendió un vuelo imaginario a otras latitudes, en un recorrido audiovisual con 4 escalas, donde le esperaban los mensajes de 4 personas en formato vídeo. La última escala del viaje emocional llegó a través de una computadora, donde su mamá y compañero y su hermano la esperaban para conversar por skype. Los ojos de Ester no podían brillar más. Agradecida, emocionada, ilusionada: su sonrisa permanente era el termómetro de su felicidad.
El final de fiesta fue muy musical: un repertorio internacional que empezó con la música latinoamericana de Maruca, que con su guitarra y su dulzura trajo melodías significativas para Ester; siguió con la guitarra de Blaz y su música eslovena; y finalizó con las tarantellas de Carlo y Lorena, que hicieron bailar a todxs lxs asistentes en un itinerario musical desde el Sur de Italia hasta los Pirineos de España, pasando por toda la música tradicional de Occitania y Francia.
El viaje de Ester no termina, tan sólo acaba de empezar, y sus bellas alas de mariposa van a desplegarse para transportarla a nuevos mundos donde revolotear, explorar, reír, bailar, disfrutar… y vivir. ¡Mucha suerte Ester, y buen camino! Dejas en Chiapas innumerables huellas y tu luz que nos acompaña.
Te dejamos con el vídeo para que puedas rememorar con ella esta celebración tan especial.